Los veo y me causa pena… Lástima que al final terminaron suplicando atención; sin duda, son ejemplo que también la vida da vueltas para mal, terminando hundidos en la mediocridad, pena y traición.
Parece que fue ayer cuando se bañaban de gloria, aquellas finales en el Estadio Azteca, cuando la lluvia era sinónimo de victoria, aunque pensándolo bien, tu impertinencia sólo hizo que todo se complicara esa noche del 26 de mayo, tal vez era una señal de que no pertenecías aquí.
O tú que con tu ‘pantalón largo’ llamaste pelagatos a un directivo enemigo, cuando les recordabas que no habían ganado nada, que no servían para nada… Mírate ahora, sirviendo a la familia Vergara, de ese imperio del que ahora tú eres el ‘Pelagatos’, siendo eso que tanto criticaste.
Y de ti viejo, mejor ni hablamos… Tu pobre nivel no sólo te exilió de nuestras filas, si no que ahora te tiene comiendo banca, donde no tienes ni la voz, ni el liderazgo, mucho menos los goles, que alguna vez te llevaron a la cima, hoy hay muchos mejores que tú, sí, en ese grupo de mediocres no destacas, agradezco al cielo porque ese número ’24’ se lavó, se limpió y se consagró, rápidamente, al grado que ya ni mencionarte es grato.
Los veo y me apenan, siento lástima, pero sobre todo aprendo que la vida da muchas vueltas y que si no eres fiel, cuidas y proteges lo que tienes, terminas hundido en la mediocridad, en la pena y en la traición.