Hoy en día, en el futbol mundial son pocas las finales que mantienen el formato de ida y vuelta como la Liga MX. ¿Pero una final a tres partidos? Se antoja impensable.
Pues en México se presentó este singular caso entre América y Pumas cuando en la temporada 1984-85 ambos equipos se encontraron para darle nacimiento a una de las más grandes rivalidades de nuestro balompié.
El campeón de la temporada se definió en tres partidos, tras haber empatado el partido de ida en el Estadio Azteca a un gol por bando y el de vuelta sin goles, que estuvo marcado por los trágicos acontecimientos que derivaron en la lamentable muerte de varios aficionados en el túnel 29 del Estadio Olímpico Universitario.
Por lo que se decidió que el desempate se realizara en el Estadio Corregidora.
Con un doblete de Daniel “el Ruso” Brailovsky y un tanto de Carlos Hermosillo, las Águilas del América derrotaron a los Pumas 3-1 y se coronaron campeones de la temporada 1984-85 en una final que será recordada por muchos como una final peculiar debido a la definición en tres partidos, pero sobre todo por el polémico arbitraje de Joaquín Urrea.
Pésimo arbitraje para ambos bandos, pero que el futbol mostrado por el Club fue dominante ante unos Pumas sin capacidad de respuesta y que bien pudieron llevarse 3 goles más si no fuera por la falta de contundencia de los nuestros.
América se alzó como bicampeón, agregó su quinta Liga a las vitrinas y le dio vida a la que quizás es la rivalidad más enconada del futbol mexicano.