Un 30 de junio de 1998, Fede, dio su primer aliento, acompañado de un llanto que ya presagiaba los gritos de gol, pero él aún no lo sabía. Fue creciendo, gritando goles en el patio del colegio y en las canchas del llano para categorías infantiles, la oportunidad de gloria se iba formando y él no lo sabía.
En las inferiores del Liverpool de Montevideo completó su formación mientras trabajaba como repartidor, algo grande le esperaba y Federico aún no lo sabía. El Club Atlérico Juventud lo fichó, se ganó la titularidad, y con 6 goles, Fede, ayudó a “el Juve” a llegar a Primera, y ahí 5 goles más llevarían su rúbrica; Federico estaba para cosas mucho más grandes y ni siquiera él lo sabía.
El 29 de agosto de 2019, a aquel chaval que se dejaba el alma entrenando y repartiendo le llegaría la oportunidad de su vida y eso sí que lo sabía; Federico supo desde el primer segundo que estaba firmando un préstamo con el equipo Más Grande de México, se quedaría aquí, en Coapa, se ganaría el corazón de la afición y eso no le pasaba por la cabeza.
Un 14 de septiembre debutaría con la camiseta del América, iba a hacer historia y no lo sabía. 77 minutos transcurridos, Viñas entró a la cancha y 27, sí, sólo 27 segundos más tarde escribiría su nombre como el jugador que más pronto habría de marcar por el Club tras su debut. Hizo historia en menos de medio minuto, el regocijo de su alma no le dejó darse cuenta hasta después del encuentro; Fede se iba a quedar en Coapa desde esa noche y él no lo sabía.
Con 21 el Azteca entero iba a cantar su nombre y él no lo sabía, se volvería en una pieza importante para Miguel Herrera, tampoco lo sabía.
“Maraviñas” nació para ser campeón en Coapa y aún no lo sabe, pero lo desea con el alma y eso se nota, sus goles son presagio de triunfo y los triunfos llegarán porque sus goles siempre llegan… y eso lo sabemos todos.