Lo bonito del futbol es que te regala segundas oportunidades, una revancha.
La tarde del 19 de mayo de 2018 en el Estadio de la Cerámica de Villarreal presencié sin saberlo dos goles que marcarían el fin de dos etapas y el inicio de nuevas aventuras.
Era un partido casi intrascendente entre el Real Madrid y el Villarreal porque la Liga estaba definida con el FC Barcelona como campeón; sin embargo, los merengues se adelantarían con un gol de Gareth Bale y Cristiano Ronaldo se encargaría de poner el 2-0 a favor de la visita; ese día grité el último gol del luso como madridista y no lo sabía, curiosidades inesperadas que tiene la pelota.
En el segundo tiempo el partido, se moría de nada y justo cuando comenzábamos a hablar de los planes para la cena, entró de cambio un tal Roger Martínez y una pareja de colombianos detrás de mí se levantó y gritó ¡Venga Roger! ¡Vamos mi Colombia!, y pensé en cómo los jugadores de futbol tienen esa capacidad de acercarnos al hogar; me quedé atrapado en ese pensamiento, cuando en su primer contacto con la pelota, Roger desbordó a Carvajal y dejó de manifiesto una sensación de peligro que los locales no habían creado.
Tres minutos en la cancha le bastaron a aquel colombiano para cambiar el juego y despertar a su equipo. Entró en el área, encaró a Varane y a Casemiro, enganchó hacia su pierna derecha que dictó el compás del descuento con una joya de definición; despertó al Villarreal que terminaría empatando el encuentro al 85’.
Sin saberlo, también estaba siendo testigo del último gol de Roger Martínez con el “Submarino Amarillo”, para unas semanas después saber la noticia de su llegada a Coapa.
Demasiada emoción me causó el saber que aquel colombiano -que revolucionó a su equipo y se lo colgó al hombro para remontar un partido contra el Real Madrid- llegaba a Coapa.
“Si Roger quiere, se va a comer la Liga, se va a hinchar de goles”, pensé… Hoy a dos años de su llegada, sigo esperando que “El Tanque” quiera, sigo esperando al colombiano que levantó a sus compatriotas de la silla en “La Cerámica”, sigo a la espera de que me endulce el ojo como lo hizo en aquella tarde en Villarreal, aunque amargara un poco a mi madridismo, sigo esperando a que Roger quiera comerse la Liga, que se hinche de goles y que, si un día se va del América, lo vea irse de Coapa como lo vi salir de aquella pequeña y entrañable Ciudad de la provincia de Castellón.
Mis ojos te vieron en vivo, nadie me lo contó, ¡Calidad te sobra! ¡Sigo esperando, “Tanque”!
✍🏼: Paco Andújar ⚽
#LinajeÁguila