Eran tiempos aciagos en Coapa, tras la gestión de Michel Bauer entre 2008 y 2011 que sumergió a la institución en una profunda crisis en casi todos los niveles, un funesto desfile de entrenadores y contrataciones erróneas, el América estaba sumergido en la penumbra pero reza un dicho del breviario cultural que “cuando más oscura es la noche, está por amanecer”.
La organización se reestructuró, llegó Peláez a la dirección deportiva y apostó por un Miguel Herrera que a priori no sonaba a garantías de éxito.
Sin embargo ese día, el Club firmó al principal responsable de su renacimiento, al director de orquesta que trajo nuevas partituras a nuestro Club, pero no lo sabíamos y me atrevería a aseverar que pocos lo creíamos posible.
Cuando Herrera llegó al América se conjuntaron el hambre con las ganas de comer, sin haber probado nunca las mieles de un campeonato en el banquillo, desde su segundo subcampeonato con Monterrey en 2005, “el Piojo” solamente había clasificado a tres liguillas en 12 torneos dirigidos, y el panorama en América no era alentador, la necesidad de trascendencia tanto del equipo como del entrenador fueron la combinación perfecta, un “Big Bang”, un génesis, una nueva era.
El resto es una historia por todos conocida, contra todo pronóstico y para sorpresa de muchos, Herrera estabilizó al América y lo devolvió a los primeros planos, sentó las bases de un nuevo americanismo, de ese que está a la altura de la historia y la grandeza del Club.
Los números y las conquistas le avalan, es “El Domador de Clásicos”, el entrenador con más victorias en torneos cortos, un gran gestor de grupos, amigo de sus jugadores, y hace un par de días renovó una extensión de contrato hasta 2024 más que merecida.
Miguel tiene alma de hincha y su temperamento le traiciona algunas veces, le nubla la vista y le arrebata la autocrítica “in momento” lo que lo lleva a realizar declaraciones polémicas y difíciles de entender en ocasiones; pero Miguel suele aprender de sus errores y crecer a raíz de ellos.
El matrimonio entre “el Piojo” y el americanismo es próspero y feliz. Tenemos “Piojo” para rato y deseamos que sus éxitos sigan llegando porque sus alegrías son las nuestras. ¡Feliz renovación, Miguel Ernesto Herrera Aguirre! ¡Felicidades Americanistas!
Paco Andújar
#LinajeAguila